Paleontología Vaporosa
Me permito escribir una pequeña y parcial historia sobre la genealogía de una rama de las locomotoras de vapor que llegaron a circular en España, en particular de las descendientes de un antiguo ejemplar de épocas anteriores al Jurásico de estos grandes dinosaurios.
Todo lo que escribo es únicamente unos cuantos datos y mi propia y humilde opinión, a la cual acepto todo tipo de críticas (destructivas, injuriosas e incluso autocríticas)
Capítulo I - Los orígenes
La historia comienza a principios del siglo XX cuando las grandes compañías de este país se enfrentan al problema del incremento de peso en los trenes que entonces circulaban por nuestras líneas, unido a los difíciles perfiles que presentaban las mismas y al reducido peso por eje que soportaban. Tanto Norte como MZA optaron por probar el tipo 2-4-0 “Mastodonte”. Fuera de España han sido muy pocos los ferrocarriles que llegaron a emplear de forma tan masiva este rodaje para sus locomotoras, a excepción de Austria, cuyas líneas alpinas presentaban problemas análogos a los de la península.
MZA optó por encargar un primer pedido de 30 máquinas a Henschel para servicios de mercancías con un diámetros de rueda relativamente pequeño de 1.400 mm. La caldera de las mismas era excepcionalmente grande para las locomotoras de la época, y en la nave de montaje de dicho fabricante sobresalían entre las Prusianas, lo que confirmaba el acierto del sobrenombre “Mastodontes” que habían recibido. Estas locomotoras, “Mastodontus Germánicus”, se recepcionaron a partir de 1912 y formaron la serie 1100 en MZA, recibiendo la numeración 1101 a 1130. Podemos apreciar una imagen de estas "Mastodontes", obtenida del álbum motor de RENFE:
El resultado fue excelente, muestra de lo cual, y aún no habiéndose terminado de recibir el pedido inicial, éste se amplió en otras 65 locomotoras más al año siguiente y 25 nuevas máquinas en 1921 (último pedido de MZA al extranjero), con lo que la serie terminó comprendiendo los números 1101 a 1220 de MZA con un total de 120 “Mastodontus Germánicus”
Se probaron también otras variantes de este rodaje, así en 1913 se encargó a Hanomag 8 “Mastodontus Hanomagus” de mayor diámetro de rueda, 1.600 mm, y doble expansión para los trenes rápidos de pasajeros, que conformaron la serie 1301 a 1308 de MZA, y, ante el estallido de la primera guerra mundial, se amplió la serie con 25 “Mastodontus Alcopythecus” encargadas a ALCO y de iguales características a las “Mastodontus Hanomagus”, aunque resultaron ser de un coste bastante superior al esperado al fijar a ALCO unos parámetros de construcción eminentemente europeos. Recepcionadas a partir de 1916 se numeraron como 1321 a 1345. Estas dos últimas especies, aunque presentaban un rendimiento mejor a las primeras “Mastodontus Germánicus”, no generaron nueva descendencia por su mayor complejidad mecánica nada apreciada por las tierras MZAicas, a diferencia de lo ocurrido en tierras norteñas.
A la vista de todo ello, en 1917 MZA decidió apostar por las “Mastodontus” como eje central de su tracción, basándose en una evolución de las “Mastodontus Germánicus” con ruedas de 1.600 mm de diámetro, pero enfrentándose a un problema de suministro, pues en Europa seguía la guerra, las americanas salían demasiado caras, y la industria española no estaba preparada para la construcción de este tipo de gigantes de la época. Aún así, La Maquinista Terrestre y Marítima, entabló conversaciones para ser la receptora de dicho pedido y presentó un proyecto de “Mastodontus Ibéricus” de tipo mixto, copia de la serie 1100 adaptada a las necesidades de MZA y de las propias de construcción, siéndole asignado dicho pedido de 50 locomotoras “Mastodontus Ibéricus” que en MZA formaron la serie 1400.
Aunque los plazos de entrega pactados no pudieron ser respetados por MTM (las primeras locomotoras debían entregarse en 1918, y ello no fue posible hasta 1921), el éxito de estas locomotoras fue total y los nuevos pedidos de MZA no se hicieron esperar ampliando las primeras 50 máquinas hasta las 185, que fueron numeradas de la 1401 a la 1565 las primeras 165, y como 1361 a 1381 las 20 últimas “Mastodontus Ibéricus Otorrinus”, pues estas poseían placas deflectoras u “orejas” y tenían un aspecto muy diferente, conociéndose, no obstante, como 1300 “nuevas” para diferenciarlas de las “Mastodontus Hanomagus” y las “Mastodontus Alcopythecus”, que ocupaban los números bajos de dicha centena.
Esta locomotora representó por tanto el lanzamiento de la industria española en la construcción de tan bellos dinosaurios y la base para toda una evolución hacia una locomotora autóctona.
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Próximamente un nuevo capítulo, y quizás algún dia llegue hasta la "Velocipedus Lagartijus"...