Tres Interventores de empresas ferroviarias se encontraban en el congreso del gremio celebrado hace poco en una ciudad alemana, se encontraban desnudos compartiendo las delicias de un sauna en el hotel.
De repente algo empieza a sonar.
El primer hombre, un interventor del TGV de París, aprieta su antebrazo y el pitido se detiene. Los otros dos lo miran inquisitivamente.
Es mi localizador, dice, tengo un microchip bajo la piel de mi brazo'.
Unos minutos después suena un teléfono. El segundo hombre, un interventor de la DB de Berlin, extiende la palma de su mano hasta su oreja y empieza a hablar.
Cuando ha terminado explica:
'Es mi teléfono móvil. Tengo un microchip en la mano'.
El tercer hombre, un interventor gallego de Renfe, sintiéndose definitivamente poco tecnológico, sale de la sauna. Pasados unos minutos vuelve con un pedazo de papel higiénico colgándole del culo.
Los otros dos, sorprendidos, abren exageradamente sus ojos y alzan las cejas.
'Estoy recibiendo un fax. ¿Pasa algo?...................'